En este artículo te compartimos los errores comunes en el desayuno que debes evitar. Aunque muchas personas subestiman el desayuno, es una de las comidas más importantes del día, lo que comes (o no comes) en la mañana puede influir en tu nivel de energía, concentración, estado de ánimo y metabolismo.
Cometer errores comunes al desayunar no solo puede afectar tu rendimiento diario, sino también tu salud a largo plazo.
Errores comunes en el desayuno
1. Saltarte el desayuno
Uno de los errores más frecuentes es no desayunar. Muchas personas lo hacen por falta de tiempo, falta de apetito o incluso como estrategia para bajar de peso, sin embargo, saltarse el desayuno puede generar: bajos niveles de energía, problemas de concentración, aumento de los antojos durante el día, desequilibrio en los niveles de azúcar en sangre y aumento del riesgo de comer en exceso en otras comidas.
Además, diversos estudios han demostrado que las personas que desayunan regularmente tienen mejor metabolismo y mayor control del peso corporal que quienes se saltan esta comida.
Si no tienes hambre al despertar, prueba tomar algo ligero al principio (como un té verde, smoothie o yogur con fruta) e incrementa gradualmente la cantidad. Desayunar no tiene que ser una comida pesada, pero sí debe aportar nutrientes esenciales.
2. No incluir suficiente proteína
Otro error habitual es hacer un desayuno rico en carbohidratos y pobre en proteínas. El típico desayuno de pan con mermelada, jugo y café aporta energía rápida, pero no sostenida. Esto puede provocar un pico de glucosa seguido por una bajada de energía y hambre en pocas horas.
Recuerda que la proteína es fundamental para: aumentar la saciedad, evitar picos de azúcar en sangre, promover el mantenimiento de la masa muscular y mejorar el enfoque y la concentración
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3. Tomar café con azúcar antes de comer algo sólido
Beber café en ayunas, especialmente si contiene azúcar, es un error más común de lo que se piensa. Aunque muchas personas dependen del café para «despertar», hacerlo sin haber comido puede: irritar el estómago, aumentar la acidez, provocar ansiedad o nerviosismo, aumentar la liberación de cortisol (la hormona del estrés) y causar un bajón de energía más tarde.
Consejo: Si eres amante del café, intenta acompañarlo con alimentos ricos en fibra y proteína, o espera al menos 10-15 minutos después de comer algo antes de tomar tu taza de café.
4. Comer muy poco porque “recién te despiertas”
Si eres de las personas que dicen no tener apetito al despertar y optan por comer una galleta o solo tomar una bebida caliente, ERROR. Aunque es normal tener menos hambre en la mañana, no darle al cuerpo los nutrientes que necesita puede perjudicar tu rendimiento físico y mental durante el día.
Si no puedes comer mucho al despertar, prueba dividir tu desayuno en dos partes: una ligera al inicio y otra más completa una hora después.
5. Desayunar cereales ultraprocesados con leche
El típico combo de cereal con leche (especialmente los comerciales, de colores o con azúcar añadido) puede parecer una opción rápida, pero en realidad es una de las peores elecciones para desayunar. ¿Por qué?
- Son altos en azúcares refinados
- Bajos en fibra y proteína
- Pueden causar picos de glucosa
- Generan hambre rápidamente

Además, si se acompaña con leche entera y azúcar, el valor calórico se dispara sin aportar suficiente saciedad o nutrientes.
Te propongo una alternativa saludable: Avena natural cocida con leche vegetal o de vaca, acompañada de frutas, nueces y semillas. También puedes probar granola casera sin azúcares añadidos.
6. Elegir jugos en lugar de frutas enteras
Los jugos, aunque sean naturales, no son la mejor opción. Al exprimir una fruta, se elimina casi toda su fibra y se concentra el azúcar, provocando una absorción rápida de glucosa. Esto puede llevar a una subida y bajada de energía poco tiempo después de desayunar.
Mejor opción: Comer la fruta entera, ya que la fibra ayuda a regular el azúcar en sangre y proporciona mayor saciedad.
7. No incluir suficiente fibra
La fibra es clave para mantener la salud digestiva y para sentirte lleno por más tiempo. Un desayuno bajo en fibra puede llevar a problemas de estreñimiento, antojos tempranos y desregulación del apetito.
Fuentes de fibra ideales para el desayuno: avena integral, frutas con cáscara (como manzana o pera), semillas (chia, linaza), frutos secos, pan 100% integral.
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8. Comer alimentos altos en grasas saturadas y procesadas
Desayunar embutidos como salchichas, tocino, empanadas o panificados industriales con grasas trans (como medialunas y donuts), es un hábito perjudicial. Estos alimentos son altos en grasas saturadas, calorías vacías y azúcar, y no aportan nutrientes de calidad.
Recomendación: Cambia las grasas saturadas por grasas saludables: palta, aceite de oliva, mantequilla de frutos secos (como maní o almendras), yema de huevo, semillas.
9. No hidratarse adecuadamente
Después de varias horas de ayuno nocturno, el cuerpo necesita rehidratarse. Toma un vaso grande de agua al despertar, incluso antes del desayuno. Puedes agregarle unas gotas de limón o una rodaja de pepino para hacerlo más agradable e hidratante.
La deshidratación leve puede causar: dolor de cabeza, cansancio, falta de concentración y estreñimiento.
10. Desayunar sin atención
Otro de los errores comunes en el desayuno es comer mientras te vistes, conduces o revisas el celular puede hacer que no seas consciente de lo que comes ni cuánto comes. Esto afecta tu digestión, saciedad y relación con la comida.
Intenta dedicar al menos 10-15 minutos para desayunar sentada, con tranquilidad y atención. Esto ayuda a tu cuerpo a digerir mejor y a registrar la saciedad de forma natural.
Haz del desayuno tu aliado, no tu enemigo
Cometer errores en el desayuno es fácil, especialmente con el ritmo acelerado de vida que llevamos. Pero con pequeños cambios puedes transformar tu primera comida del día en una fuente real de energía, salud y bienestar.
Recuerda: el mejor desayuno es aquel que te deja satisfecho, te nutre y te prepara mental y físicamente para el resto del día. Prioriza alimentos frescos, variados y naturales. Incluye proteína, fibra, grasas saludables y una buena hidratación. Evita el azúcar en exceso, los ultraprocesados y el comer con prisa.
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