Nuestros cuerpos son maravillosos: nos ayudan a explorar el mundo que nos rodea y nos permiten vivir la mejor vida posible. Sin embargo, muchas veces nos quejamos de ellos y los tratamos con desprecio. Pero ¿qué pasaría si intentáramos cambiar nuestra mentalidad y celebráramos nuestros cuerpos en lugar de resentirnos de ellos?
Desde pequeñas hemos estado escuchando comentarios como: «Qué flaca estás, deberías comer más» o «Estás muy gordita, tienes que comer menos», y son esos comentarios imprudentes los que nos llevan a cuestionarnos «¿cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo?». La sociedad nos ha hecho creer durante muchos años que nuestra apariencia física es determinante para tener una pareja, pertenecer a una comunidad, conseguir un trabajo o vestir de cierta manera. ¡Y no es así!
En este artículo aprenderemos juntas cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo:
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El cuerpo perfecto vs. el Internet: el mal de nuevas generaciones
Este artículo lo redacto por ti, por mí, por nuestras inseguridades frente a nuestro cuerpo, pero especialmente por las mujeres más jóvenes.
Más que un tema de autoestima o inseguridad, creo que es una presión social que nos han impuesto desde pequeñas. Hoy, las niñas y jóvenes de 12 a 18 años enfrentan un problema serio. Con el acceso libre a redes sociales, ven imágenes de cuerpos «perfectos» (muchas veces editados), y viven en una sociedad que impone estándares irreales de belleza, esto hace que cuestionen su peso y medidas constantemente.
De allí la importancia de educar a las niñas de nuevas generaciones en casa, de transmitirles el mensaje de que no existe un cuerpo ni una piel perfecta, y no podemos esperar que todas seamos iguales. Es importante entender que esos estándares sociales sobre cómo «deberíamos» vernos deben terminar, y eso empieza desde casa. Si no aprendemos a sentirnos seguras con nuestro cuerpo, nuestra piel, nuestro cabello y nuestras facciones en casa, enfrentaremos conflictos al enfrentarnos al mundo.
Cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo
1. Practica las afirmaciones positivas y tu diálogo interno
El primer paso para modificar la percepción es cambiar el diálogo interno y la forma en que te hablas a ti misma. Tu mente ha aprendido sus creencias negativas a través de años de repetición, pero si incorporas afirmaciones positivas a tu vida todos los días, pronto sentirás los beneficios.
Afirmaciones positivas para mejorar la relación con tu cuerpo:
- Amo mis pecas, son únicas para mí.
- Soy suficiente.
- Amo mi cuerpo, es sano y me permite moverme e ir a donde quiera ir.
- Mi abdomen es perfecto.
- Mis brazos son fuertes.
- Mis piernas me permiten dar pasos agigantados.
2. Conócete a ti misma y reconócete lo guapa que eres
Tómate el tiempo para valorarte y entrar en contacto con tus emociones para poder expresarte con claridad y mayor eficacia sobre tu cuerpo. No saber cómo regular tus emociones y expresarlas de forma no saludable puede afectar negativamente a tu bienestar mental y físico.
3. Escucha a tu cuerpo
¿Con qué frecuencia te detienes a analizar cómo te sientes realmente? La verdad es que probablemente muy pocas veces. Expertos recomiendan una meditación de exploración corporal de cinco minutos para ayudarte a escuchar lo que está sucediendo en tu interior.
Simplemente, siéntate o túmbate en un lugar cómodo, cierra los ojos y respira profundamente, lleva tu atención a tus pies, tomando nota de si sientes alguna sensación específica, mueve gradualmente tu atención hacia arriba a través de tus piernas y torso, mientras compruebas cómo te sientes y te sintonizas con las diferentes partes de tu cuerpo. Continúa explorando mentalmente hasta que llegues a tu cabeza y termina la meditación con algunas respiraciones profundas. Con esta meditación corporal podrás saber cómo se siente tu cuerpo, si está necesitando un cambio de hábito, revisión médica o especial atención.
4. Escribe una carta de agradecimiento a tu cuerpo
Ejemplo: Gracias, cuerpo, por todo lo que haces, por lo que me permites hacer.«Estoy agradecida por mis pestañas porque mantienen el polvo fuera de mis ojos», «Estoy agradecida por mis rodillas porque me permiten saltar», «Estoy agradecida por mis dedos porque significan que puedo acariciar a mi perro».
Nuestro cuerpo tardó 3.800 millones de años en evolucionar desde una sola célula hasta lo que es hoy. Cuando empezamos a valorar nuestro cuerpo como la increíble máquina que es, nos damos cuenta de que tenemos mucho por lo que estar agradecidas.
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5. Prioriza el placer
¿Qué te da alegría? ¿Qué te hace sentir viva? Estos son los momentos en los que tu cuerpo se siente relajado, lleno de energía y presente. Puede ser cuando estás bailando, tocando el piano o en compañía de tu pareja, sea lo que sea que te guste, reconócelo y hazlo a menudo, haz de la alegría y de las actividades y personas que te brindan placer, una prioridad en tu vida. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
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6. Masajea tu cuerpo y relájate
Pasar unos minutos masajeando tus extremidades y acariciando suavemente cada parte de tu cuerpo puede promover sentimientos de amor propio y permitirte apreciar todos los aspectos de tu forma.
Usa un aceite con olor, como aceite de como y tómate 10 o 15 minutos para masajearte con lentitud. Disfruta de esa sensación y recuerda que puedes mostrarle a tu cuerpo amor propio y placer en cualquier momento.
7. Cuida tu templo: come saludable y mueve tu cuerpo
Un cuerpo sano y mente sana requieren una buena alimentación que incluya nutrientes, proteínas, vegetales y verduras. Es importante entender que lo que comemos influye en nuestra calidad de vida, en el estado de ánimo y cómo percibimos nuestro cuerpo.
Practica una actividad física, el cuerpo está hecho para estar en movimiento, intenta con yoga, pilates, caminatas, ejercicio de fuerza, ciclismo, o la actividad de tu preferencia. 30 minutos al día bastarán.
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8. Abandona la idea de que lucir de cierta manera te hará más feliz
Pregúntate esto: ¿Por qué quieres lucir diferente? Lo más probable es que sea porque quieres agradarle a otras personas y crees que lucir de cierta manera te hará más querida y aceptada. Lucir de cierta manera no te hará feliz.
Antes de aprender a amar tu cuerpo, debes renunciar a la idea de que no te sentirías triste, sola o rechazada si tuvieras un aspecto diferente. Cuanto más puedas interiorizar esta idea, menos apegada estarás para cumplir con ciertas normas de belleza convencionales, porque comprenderás que nunca te darán lo que deseas. La paz y la felicidad tienen que surgir desde dentro.
9. Prueba un baile intencional y sensual
Bailar (intencionadamente y sola) puede ser una forma poderosa de reconectarte con tu cuerpo. Hay algo en dejar que nuestro cuerpo se mueva como quiere, sin juzgarlo, sin intentar hacer ninguna coreografía, es una sensación muy, muy agradable. Para mí, bailar es como darle permiso a mi cuerpo para que haga lo que quiera, para que se muestre como quiere, para que sienta y exprese sus emociones de la manera que quiere.
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10. Haz trabajo de espejo
Aprender a amar tu cuerpo no sucederá de la noche a la mañana. Los pequeños rituales diarios son claves para avanzar en este camino y entrenar lentamente a tu mente con el tiempo para dejar de ser tan crítica con tu cuerpo. Un excelente hábito es una práctica de afirmación positiva realizada frente a un espejo: tómate un momento cada mañana para mirarte todo el cuerpo y decir algo amable sobre él.
En términos simples, sé amable con tu cuerpo y contigo misma. Nuestra imagen corporal nunca se curará, si cambiamos la apariencia de nuestro cuerpo, necesitamos hacer un trabajo interno.
¡Eres hermosa!