Cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo

Nuestro cuerpo es nuestro hogar, el vehículo que nos permite experimentar la vida en todas sus formas. Nos sostiene, nos mueve y nos acompaña en cada paso. Sin embargo, a lo largo de los años, hemos aprendido a mirarlo con juicio en lugar de gratitud, nos encontramos atrapadas en un diálogo interno que nos dice que no somos suficientes. De allí surge la inquietud sobre cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo.

Desde pequeñas, la sociedad nos ha condicionado a creer que nuestro valor está ligado a nuestra apariencia, que debemos encajar en ciertos estándares para ser aceptadas, para encontrar el amor, el éxito o la felicidad. Pero ¿y si cambiáramos la narrativa? ¿Y si, en lugar de criticar nuestro cuerpo, aprendiéramos a honrarlo, cuidarlo y agradecerle por todo lo que hace por nosotras?

Mejorar la relación con nuestro cuerpo no se trata de alcanzar un ideal, sino de construir una conexión basada en el respeto, el amor y la aceptación. Sigue este paso a paso y reconcíliate con tu cuerpo.

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Cómo mejorar la relación con nuestro cuerpo

1. Practica afirmaciones y mejora el diálogo interno

Lo que nos decimos a diario moldea la relación que tenemos con nuestro cuerpo. Si nuestro diálogo interno está lleno de críticas y juicios, es fácil caer en la insatisfacción y el rechazo. En cambio, cuando practicamos afirmaciones positivas, entrenamos nuestra mente para hablarnos con amor y respeto.

Afirmaciones positivas para mejorar la relación con tu cuerpo:

  • Mi cuerpo es fuerte y valioso.
  • Merezco cuidarme con amor.
  • Soy más que mi apariencia.
  • Amo mis pecas, son únicas para mí.
  • Soy suficiente.
  • Amo mi cuerpo, es sano y me permite moverme e ir a donde quiera ir.
  • Mi abdomen es perfecto.
  • Mis brazos son fuertes.
  • Mis piernas me permiten dar pasos agigantados.

2. Conócete a ti misma y reconoce lo guapa que eres

Conocerte a ti misma es el primer paso para reconocer tu verdadera belleza. Más allá de los estándares impuestos, está tu esencia, tu luz y todo lo que te hace única. Cuando te tomas el tiempo de mirar más allá del espejo y descubrir quién eres realmente, empiezas a ver tu belleza desde una perspectiva más profunda: en tu risa, en tu forma de expresarte, en la energía que transmites, es aceptar cada parte de ti con amor y seguridad.

3. Escucha a tu cuerpo

Practica la meditación de exploración corporal de cinco minutos y escucha lo que está sucediendo en tu interior. Siéntate en un lugar cómodo, cierra los ojos y respira profundamente. Lleva tu atención a los pies y nota cualquier sensación.

Luego, recorre mentalmente tu cuerpo, subiendo por las piernas, el torso y la cabeza. Al finalizar, respira profundo unas veces más. Esta práctica te ayuda a detectar tensiones, necesidades o señales de tu cuerpo que quizás has pasado por alto.

4. Escribe una carta de agradecimiento a tu cuerpo

Gracias, cuerpo, por todo lo que haces, por lo que me permites hacer. Estoy agradecida por mis pestañas que mantienen el polvo fuera de mis ojos, estoy agradecida por mis rodillas porque me permiten saltar, estoy agradecida por mis dedos porque significan que puedo acariciar a mi perro.

Nuestro cuerpo tardó 3.800 millones de años en evolucionar desde una sola célula hasta lo que es hoy. Cuando empezamos a valorar nuestro cuerpo como la increíble máquina que es, nos damos cuenta de que tenemos mucho por lo que estar agradecidas.

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5. Prioriza el placer

¿Qué te da alegría? ¿Qué te hace sentir viva?

Estos son los momentos en los que tu cuerpo se siente relajado, lleno de energía y presente. Puede ser cuando estás bailando, tocando el piano o en compañía de tu pareja, sea lo que sea que te guste, reconócelo y hazlo a menudo, ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!

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6. Masajea tu cuerpo y relájate

Pasar unos minutos masajeando tus extremidades y acariciando suavemente cada parte de tu cuerpo puede promover sentimientos de amor propio y permitirte apreciar todos los aspectos de tu forma.

Usa un aceite con olor, como aceite de como y tómate 10 o 15 minutos para masajearte con lentitud. Disfruta de esa sensación y recuerda que puedes mostrarle a tu cuerpo amor propio y placer en cualquier momento.

7. Cuida tu templo: come saludable y mueve tu cuerpo

Un cuerpo sano y mente sana requieren una buena alimentación que incluya nutrientes, proteínas, vegetales y verduras. Es importante entender que lo que comemos influye en nuestra calidad de vida, en el estado de ánimo y cómo percibimos nuestro cuerpo.

Practica una actividad física, el cuerpo está hecho para estar en movimiento, intenta con yoga, pilates, caminatas, ejercicio de fuerza, ciclismo, o la actividad de tu preferencia. 30 minutos al día bastarán.

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8. Abandona la idea de que lucir de cierta manera te hará más feliz

Pregúntate esto: ¿Por qué quieres lucir diferente? Lo más probable es que sea porque quieres agradarle a otras personas y crees que lucir de cierta manera te hará más querida y aceptada. Lucir de cierta manera no te hará feliz.

Antes de aprender a amar tu cuerpo, debes renunciar a la idea de que no te sentirías triste, sola o rechazada si tuvieras un aspecto diferente. Cuanto más puedas interiorizar esta idea, menos apegada estarás para cumplir con ciertas normas de belleza convencionales, porque comprenderás que nunca te darán lo que deseas. La paz y la felicidad tienen que surgir desde dentro.

9. Prueba un baile intencional y sensual

Bailar (intencionadamente y sola) puede ser una forma poderosa de reconectarte con tu cuerpo. Hay algo en dejar que nuestro cuerpo se mueva como quiere, sin juzgarlo, sin intentar hacer ninguna coreografía, es una sensación muy, muy agradable. Para mí, bailar es como darle permiso a mi cuerpo para que haga lo que quiera, para que se muestre como quiere, para que sienta y exprese sus emociones de la manera que quiere.

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10. Haz trabajo de espejo

Aprender a amar tu cuerpo no sucederá de la noche a la mañana. Los pequeños rituales diarios son claves para avanzar en este camino y entrenar lentamente a tu mente con el tiempo para dejar de ser tan crítica con tu cuerpo. Un excelente hábito es una práctica de afirmación positiva realizada frente a un espejo: tómate un momento cada mañana para mirarte todo el cuerpo y decir algo amable sobre él.

En términos simples, sé amable con tu cuerpo y contigo misma. Nuestra imagen corporal nunca se curará, si cambiamos la apariencia de nuestro cuerpo, necesitamos hacer un trabajo interno.

¡Eres hermosa!