¿Alguna vez has sentido que tus pensamientos tienen vida propia y no se detienen con facilidad? En un momento estás tranquila y concentrada, y al siguiente, te hundes en una espiral de pensamientos excesivos y empiezas a dudar de ti, de tus relaciones y de todo lo que te rodea.
Es agotador, lo sé. Me ha pasado y hoy quiero compartirte algunos consejos sobre cómo dominar tu mente, porque sí, si es posible entrenar tu cerebro para que trabaje a tu favor.
Tu mente es el centro de control de todo lo que haces, desde las decisiones que tomas hasta cómo afrontas los desafíos. Cuando aprendes a dominar tu mente, alcanzas un nuevo nivel de claridad, confianza y paz.
En este artículo, descubrirás estrategias prácticas para tomar el control de tus pensamientos y dominar tu mente. ¿Lista? ¡Empecemos!
Cómo dominar tu mente
Estos métodos pueden ayudarte a dirigir tus pensamientos y a tomar el control de tu vida. Practícalos de forma constante y te aseguro que verás resultados.
1. Conoce tu mente
Antes de empezar a gestionar tu mente, es necesario que comprendas bien cuáles son tus pensamientos, en qué momento aparecen los pensamientos que te quitan más energía, cuáles son positivos y cuáles son intrusivos de acuerdo a tu perspectiva.
Siempre que puedas, anota en un cuaderno, libremente y sin juzgar, tus pensamientos, sueños y reflexiones. Luego, empieza a identificar pensamientos, temas y patrones, la idea es reconocer cuáles pensamientos te afectan y evaluar cómo los puedes abordar.
2. Reformula tus pensamientos y entrena tu mente
Cuando un pensamiento negativo aparezca, no lo rechaces de inmediato, pero sí cuestiónalo. Pregúntate: ¿Es realmente cierto? ¿Qué evidencia tengo de esto que estoy pensando? Luego, reformúlalo con una perspectiva más compasiva y realista. En lugar de decir «no soy suficiente», intenta con un pensamiento positivo: «estoy en constante crecimiento y aprendizaje». La idea es transformar un pensamiento negativo en uno positivo o más alentador.
Otro método poderoso es quitarle peso al pensamiento negativo viéndolo como una simple nube en el cielo: está ahí, pero no te define ni determina tu futuro.
«Cuanto más positivos pensamos, más positivos nos sentimos.» Y lo contrario también es cierto.
Sé que replantear tus pensamientos puede resultar incómodo, falso o agotador al principio, pero con el tiempo se volverá más fácil y, en algún momento, se convertirá en algo natural. ¡Ten paciencia y verás resultados increíbles!
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3. Vive el presente (sí, un poco cliché, pero valioso)
La mente tiende a divagar entre el pasado y el futuro, generando ansiedad y preocupación innecesaria. Enfocarte en el aquí y ahora te permite reducir el ruido mental, mejorar tu concentración y disfrutar realmente de cada momento.
Practica la atención plena, respira profundo, observa tu entorno y sé consciente de tus pensamientos sin juzgarlos. Recuerda que el único momento en el que realmente puedes actuar y cambiar tu vida es el presente, deja de aferrarte a lo que fue o temer a lo que vendrá, y comienza a experimentar la vida con total presencia y gratitud.
4. La alimentación influye en tus pensamientos
El cerebro requiere una nutrición correcta para garantizar su correcto funcionamiento. De hecho, la ciencia respalda que lo que comes puede afectar tu salud mental, y un estudio sobre la depresión registró una mejora del 45% entre los participantes después de un cambio de dieta y una suplementación adecuada.
Así que evita los azúcares y carbohidratos simples, y más bien prioriza la ingesta de verduras, vegetales, frutas, proteínas y carbohidratos complejos.
5. Evita el estrés y prioriza los momentos de relajación
En el mundo actual, el estrés y la ansiedad son los destructores número uno de nuestra mente. El estrés no solo deteriora la salud mental, sino también nuestra salud física. De allí la importancia de priorizar momentos de relajación, incluso, hacer actividades que te ayuden a estar en calma.
Prueba actividades como meditaciones de atención plena, caminar, escritura libre o journaling y ejercicios suaves como el yoga para ayudar a aliviar la respuesta de lucha o huida del cerebro.
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6. Dale a tu mente algo que hacer
Como un niño aburrido, tu mente se mete en líos cuando no tiene nada que hacer. Deja de navegar por las redes sociales con pensamientos negativos y desafía a tu mente a alcanzar tu máximo potencial.
Aprender un nuevo idioma, hacer rompecabezas, responder cuestionarios y leer libros estimulantes puede hacer que te veas a ti misma de nuevo y, a su vez, te ayudará a canalizar tus pensamientos hacia nuevas direcciones y hacerte más capaz y resiliente.
7. Rodeate de persona que apoyen tu crecimiento y bienestar
Tu entorno influye directamente en tus pensamientos y acciones. Si te rodeas de personas negativas, celosas y sin metas, es probable que, sin darte cuenta, adoptes actitudes similares solo por encajar.
Por eso, es clave rodearte de personas positivas, aquellas que, incluso en los días difíciles, mantienen su enfoque en actuar y encontrar soluciones en lugar de quejarse. Además, contar con un círculo de amigas amorosas, que celebren tu éxito y valoren tu bienestar emocional, te ayuda a mantenerte enfocada y motivada.
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En conclusión…
Dominar la mente no es un destino, sino un camino de práctica y autoconocimiento. Requiere disciplina, paciencia y la disposición de cuestionar y reformular nuestros pensamientos.
Al desarrollar hábitos como la meditación, el pensamiento positivo y la gestión emocional, podemos transformar nuestra realidad desde adentro hacia afuera. Recuerda que tú tienes el poder de decidir qué pensamientos alimentas y cómo respondes a ellos.
El contenido de este artículo se ofrece únicamente con fines informativos y no sustituye el asesoramiento ni la consulta con tu médico, terapeuta, psicólogo o coach.